Hace unos diez años descubrí la figura del escritor Vicente Blasco Ibáñez (Valencia, 1867 – Menton, Francia, 1928). Lo que empezó como una casualidad con el tiempo se convirtió en una tarea que me cautivó conforme iba conociendo su vida, sin imaginar que sería la primera persona –fuera de los actuales propietarios y luego de años de que otras personas los llegaron a conocer– que tendría acceso a unos documentos poco conocidos de quien es considerado el novelista valenciano más universal, entre los cuales hay dos posibles novelas que dejó escritas y que nunca vieron la luz.