¿Cómo se está viviendo la crisis sanitaria en otro países? Esta la pregunta que me ha llevado a contactar a varias amistades que viven fuera de México para conocer su sentir y sus opiniones sobre el brote del COVID-19, que tanto ha transtornado la vida de los ciudadanos en muchos países.
He contactado con amistades que viven en Estados Unidos, Francia, Canadá y México para que nos compartan información y reflexiones sobre cómo se está viviendo la pandemia en los países donde ahora viven.
Empiezo esta seria de entrevistas con Sandra Mañón Fernández, quien es originaria de Monterrey, Nuevo León y es egresada de Ciencias de la Comunicación en el ITESM- Campus Monterrey.
Durante un tiempo ella trabajó como reportera en el periódico El Norte. Posteriormente participó en proyectos del Tecnológico de Monterrey; el Comité Organizador de la Feria de Monterrey y como maestra de inglés en un colegio.
Sandra lleva 10 años viviendo en Estados Unidos, concretamente en Charleston, Carolina del Sur, a donde se mudó con sus hijos María José y José María y donde ha hecho una formación profesional en temas de control de calidad. Poco antes de la llegada de la pandemia trabajaba como gerente de producción en una fábrica de partes metálicas.
¿Cómo estás viviendo la crisis sanitaria en tu entorno?
Charleston ha tomado medidas diferentes en cada condado de acuerdo a los alcaldes, pero la medida común es el cierre de negocios considerados “no esenciales” , los demás como el lugar en donde yo trabajaba siguen operando, aunque con poco trabajo, dadas las circunstancias. También se ha cerrado los accesos públicos a playas y lagos. En el caso de los restaurantes, la mayoría siguen operando y entregan comida a domicilio o se puede pedir y recoger. Hay cambios pero no tan drásticos como en Italia o en España. Pero este domingo, el gobernador del estado, Henry Dargan McMaster, ha anunciado que este martes abrirá las playas y una parte del comercio, sin embargo negocios como peluquerías, gimnasios y restaurantes se van a esperar. ¡Y eso que dicen que aquí lo peor será en mayo!
¿Cuál es tu sentir respecto a la pandemia?
Me parece que la pandemia vino a cambiarnos la vida a todos, vino a hacernos tomar un alto en el camino en nuestras siempre ocupadas vidas y a hacernos pensar y a valorar lo que es realmente importante: bendiciones como la familia, la salud y todo aquello que no puede comprarse con dinero.
¿En Estados Unidos están confinados por decreto o lo hacen de manera voluntaria?
Depende en qué lugar de Estados Unidos vivas, pero tengo entendido que en general te sugieren el “quédate en casa”. Promueven el evitar contagiar y contagiarse. Te piden que no te reúnas con amigos o personas que vivan fuera de tu casa, que limites contacto con las personas con las que vives y que, si tienes que trabajar, mantengas una sana distancia. Aquí no hay un estado de alarma, ni la policía o los militares te están enviando a casa.
¿Qué actividades externas puedes hacer desde tu confinamiento (voluntario)?
Puedes ir a trabajar, a comprar lo que necesitas de víveres, a recoger comida a los restaurantes, ir a correr, caminar o a andar en bicicleta, jugar en tu jardín o pasear al perro. En donde yo vivo, por ejemplo, que se llama Crowfield Plantation, hay dos pequeños lagos artificiales a los que puedes ir ahí y permiten que pasees en kayak. Los parques están cerrados pero sigue habiendo muchos espacios abiertos que disfrutar. Hay millas y millas de senderos para caminar o correr.
¿Cómo es el sistema de salud del país, qué servicios ofrece y qué costo tiene para un ciudadano?
El sistema de salud es simple: no todos tienen seguro médico. Es muy costoso para las familias de la clase media. Hay quienes pueden pagarlo o trabajan para una empresa que ofrece, entre sus prestaciones, el beneficio del seguro, o hay quienes ganan demasiado poco y reciben asistencia del gobierno en cuanto a salud. Hay mucha gente que no tiene seguro médico, que no ganan suficiente para pagarlo, ni ganan tan poco para que se los dé el Gobierno como ayuda. Los costos son variables, depende de las edad y padecimientos previos, como si son fumadores. etc. Por ejemplo, en caso de nuestra familia, el seguro medico con el que contamos es a través de la aerolínea para la que trabaja mi esposo y aunque el costo es cubierto en su mayoría por la empresa, nos toca pagar 400 dólares al mes por él. Además, los deducibles de todos los seguros médicos son costosos.
Si una persona da positivo en el COVID19, y no tiene un seguro médico, ¿quién lo atiende?
Antes del COVID-19, 27.5 millones de norteamericanos no tenían seguro, pero ahora con la gran cantidad de personas que han sido despedidas de sus trabajos, son mucho más. Además de los inmigrantes indocumentados que no son candidatos a un seguro médico. La política ha sido que todos reciban atención medica aunque no tengan seguro. Es decir recibes la atención y después te cobran. Al salir del hospital te mandan la cuenta a tu casa, puedes llamar para pedir descuentos y hacer un plan de pagos. Lo importante es que vayas pagando algo al mes.
¿Cuánto le puede costar a un enfermo del virus un tratamiento en la seguridad privada?
La cifra promedio que se maneja en los medios para una persona sin seguro por seis días de hospitalización por el virus es de 73 mil dólares, mientras que la misma atención para una persona con seguro es negociada por la aseguradora y es de alrededor de 38 mil dólares (pagada por el seguro). Un par de compañías de seguros médicos anunciaron que no cobraran deducibles por tratamientos del COVID-19.
¿Qué opinas de la gestión que está haciendo el presidente Donald Trump ante la crisis sanitaria?
El presidente está preocupado por la caída de la economía y por la cantidad tan exorbitante de personas que hemos perdido nuestros empleos. El Gobierno federal está trabajando en apoyos económicos para los pequeños negocios, para los desempleados, para las familias. Me parece que el manejo principal de la situación ha estado en manos de los gobernadores de cada estado. De hecho, el presidente ha anunciado que, para volver a la normalidad, cada gobernador ira decidiendo cómo hacerlo, basado en la situación de su respectivo estado. El gobernador de Carolina del Sur ha hecho muy buen trabajo, ya que aquí no son mucho los casos, sin embargo su primera medida fue cerrar las escuelas.
¿Crees que el sistema sanitario estaba preparado para afrontar esta pandemia?
No me parece que el sistema sanitario de este país, o de la mayoría de otros afectados, estaba preparado para algo así.
¿Cómo calificarías el trabajo que hace el personal sanitario, cuerpos de seguridad y de otros servicios del país para enfrentar el virus?
Los héroes aquí son los médicos y las enfermeras en los hospitales, el personal de limpieza, la Guardia Nacional que está apoyando en los diferentes estados, desde ayudar a desinfectar comunidades en donde viven los ancianos hasta apoyando los lugares donde se hacen las pruebas. La policía y los bomberos siempre están presentes manteniendo el orden.
¿Cuál es el comportamiento del ciudadano norteamericano ante las medidas de protección?
Es muy difícil generalizar su comportamiento en esta situación. Hay gente responsable y considerada que entiende la gravedad del asunto y gente que dice que no pasa nada y actúa como si el virus no existiera. En general casi nadie usa ni la mascarilla protectora ni guantes; nada. Hay tráfico moderado en las calles, mucha gente realizando actividades al aire libre, pero sólo en parejas o de manera individual. Mucha carros en los supermercados. Personalmente sólo he hecho pedidos por Internet y he ido a recogerlos. En los restaurantes que ofrecen el servicio de comida para llevar, que me ha tocado ir, veo que los empleados que atienden o cocinan no usan mascarillas. Hay pocas personas trabajando ahí; no mas de tres o cuatro.
En tu caso, ¿qué medidas has adoptado para reducir el riesgo de contagio?
En mi caso, cuando aún estaba trabajando, guardaba mi distancia, me lavaba las manos frecuentemente, usaba gel antibacterial. Ahora es mas fácil porque nos quedamos en casa. Salimos a caminar o a correr. Mi marido ha estado en Houston, Texas, en donde trabaja desde hace seis semanas. Sólo estamos en casa María José, Chema y yo.
Cuando esto termine ¿qué lección crees que debemos aprender las personas?
Debemos agradecer a Dios el regalo de cada día de vida y vivirlo de la mejor manera posible. Debemos ser más solidarios y más generosos. Debemos dedicar tiempo a los que amamos, a nuestras familias y a nuestros amigos. Debemos darle tiempo a lo que nos apasiona hacer. Debemos dejar de actuar y trabajar como robots y ser menos materialistas. Debemos recordar, como dijo la Madre Teresa de Calcula: “El que no vive para servir, no sirve para vivir”.
¿A qué estás dedicando el tiempo durante el confinamiento?
Me estoy dedicando a pasar el tiempo con mis hijos, a organizar cosas en la casa que tenía pendientes, a hacer limpieza profunda, a leer libros, a cocinar, a dormir siestas.
¿Qué ha sido lo más difícil que han visto o vivido en estas semanas de aislamiento?
Lo mas difícil en estas semanas ha sido la ansiedad de querer estar cerca de mi familia, mi mamá y mis hermanos y no poder. El no entrar en pánico viendo lo que está pasando en otros países, o aquí en Estados Unidos en lugares como Nueva York, hasta que llegas a entender que hay que mantener la calma y tener fe, sabiendo que Dios tiene el control de todo.
Supongo que en ese país estás “acostumbrada” a sucesos que son propias de ahí como desastres naturales que van desde huracanes, ciclones, fuertes tormentas, nevadas hasta incendios. ¿Qué te supone ahora enfrentar una pandemia como el COVID19?
Ya he pasado por varios desastres naturales en los que nos han evacuado por huracanes. Hace un par de años una nevada nos dejó encerrados por tres o cuatro días y justo esta semana hubo tormentas y 20 tornados en el estado. El miércoles pasado desperté con la alerta de tornado. Hubo uno a unas cuantas millas de mi casa que causó grandes daños y se llevó todo a su paso, incluyendo casas. Pero de nuevo uno no tiene el control en nada de esto. Con esta pandemia hay cosas que podemos hacer como cuidarnos y seguir las recomendaciones, pero Dios es el que tiene el control de esto: estamos en sus manos.
¿Y la población cómo está llevando el tema del abasto de víveres?
Las tiendas han puesto límite en las cantidades que se pueden comprar. Al principio la gente se volvió loca y vació todo. Las primeras semanas era muy difícil conseguir algunas cosas. Siguen faltando algunos productos, pero en general se ha vuelto a la normalidad.
¿Tienen problemas en conseguir equipo de protección como mascarillas, guantes o gel hidroalcohólico?
El equipo de protección en general no está disponible. Algunos sitios de Internet se están aprovechando de la situación y venden simples tapabocas hechos de algodón por 20 dólares, y además de eso se tardan de seis a siete semanas en llegar. Gel antibacterial no he conseguido en ningún lado y aquí nadie usa guantes.
¿Cómo crees que quede la economía y el empleo cuando el virus empiece a mitigar?
Yo creo que la economía va a quedar afectada y va a tardar en recuperarse. Por el momento hay 22 millones de desempleados y se calcula que llegaremos a los 47, a causa de esta pandemia.
Cuando esto pase, ¿cómo visualizas tu vida?
Desde que empezó esta pandemia mi propósito ha sido tomar un día a la vez para no estresarme. Trato de no hacer planes a futuro y sólo ir viviendo el hoy. Cuando volvamos a la “normalidad”, yo creo que nada va a ser lo mismo ni vamos a ser los mismos. Me gustaría trabajar menos y vivir más.
En momentos como estos, ¿qué sentimientos te despierta tu país, México?
Es un sentimiento de profunda impotencia de estar tan lejos y de no poderlos apoyar o acompañar en estos momentos. Sobre todo a mi mamá en su viudez, a quien tanta falta le hace mi papá.
Excelente explicación de su día a día.la vida nunca volverá a ser igual.es indiscutible…..lo bueno que el tiempo no se detiene y pronto podremos retomar nuestra vida.